Luis de Luis

   

Jovenzuelo de planta imberbe, de intención ilusa y gesto taciturno que hace las veces de reseñador de actitud diletante, palabra incontinente, talante cariacontecido y criterio ayuno. Es proclive al dislate, la dispersión y la gracieta.
Consciente de haber recalado en Prótesis gracias a la magnaminidad, caridad e ingenuidad de David G. Panadero, no se da por aludido ante los –cada vez más frecuentes y menos sutiles– intentos de su Patrón para librarse de él antes de que consiga acabar con el (ya de por si) dudoso, frágil e incierto prestigio de la revista.

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