Dice Sonia García Soubriet en el espléndido prólogo que acompaña la impecable edición de Rey Lear de Voces en Ruidera, que en este extraordinario, desconcertante y deshilachado libro se reúnen todas las fuentes –la lírica, la costumbrista y la fantástica– de la narrativa de su padre. Y tiene razón, claro.
Su obra más libre y desafiante |
Cabe figurarse, en 1974, al gran García Pavón disfrutando al escribir su obra más libre y desafiante (con la excepción de los cuentos reunidos en La Guerra de los Mil Años) y también imaginando la extrañeza de sus muchos lectores y admiradores, habituados a un Plinio televisivo pasado por Garci con la cara compungida de Antonio Casal, al enfrentarse a esta novela.
literalmente indescriptible,
como lo son las obras maestras
Todo en esta onírica y alucinada novela desconcierta, embauca e intranquiliza, narrada con una prosa inequívocamente manchega, empapada de melancolía, socarronería y sabiduría, en ella se suceden episodios y personajes inverosímiles y abrasadoramente reales.
La asistencia a un entierro en que el finado dimite como ciudadano (!) será punto de partida hacia unas fantasmales y telúricas lagunas de Ruidera, donde un libérrimo García Pavón dejará a Plinio y a Don Lotario deambular sin rumbo cierto, para narrar desde la receta de los galianos (el sinpar gazpacho manchego), a las sentencias sabias y resignadas de Braulio (un Séneca gañan), el resquemor de un enano de la Secreta que fragua conspiraciones mientras adora a su mastín, el llanto de zagal que llora a un burro muerto en la cuneta, un coro de curas que ora al Quijote en latín, una grotesca noche de bodas y un crimen brutal cometido por desesperanzadas razones.
Voces en Ruidera es una novela literalmente indescriptible: única, especial e irrepetible como, mucho me temo, son las obras maestras.
Rey Lear, 2008
Compra en Estudio en Escarlata
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